Fernanda Trías

Fernado Trías, À propos de La azotea

Inaugurant cette rubrique, nous publions une lettre adressée par la romancière Fernanda Trías à Raúl Caplán, auteur de l’article « Anatomie (et autopsie) de la famille dans deux romans uruguayens récents » paru dans Les Langues Néo-Latines en mars 2011.

Nous les remercions tous deux de cet éclairage complémentaire qui ne manquera pas d’intéresser nos lecteurs.

« Leí con verdadero interés el análisis que haces de Pogo. Yo tengo una relación e historia muy particulares con Daniel. Lo conocí por la época que escribióPogo, aunque yo no sabía que escribía -éramos muy jóvenes y estudiábamos juntos el profesorado de inglés- y él tampoco sabía que yo escribía. Fuimos cercanos durante esos dos años de estudio, y fue recién al final (cuando él ya había escrito Derretimiento) que nos confesamos que escribíamos. Hasta entonces hablábamos de lecturas, de libros, pero sin atrevernos a entrar en eso que -al menos en mi caso- parecía inverosímil: creernos escritores. Teníamos veinte y un años. Tu trabajo sobre Pogo me resultó por demás interesante. Supongo que la novela cambió mucho -no leí la última versión- porque no tenía ese recuerdo de ella, y me asombra las coincidencias con La azotea. En cuanto a La azotea: me quedé muy sorprendida. De verdad, y más allá de algunas cosas que cambiaron en la nueva versión que no leíste, creo que es el estudio más acertado y profundo que leí sobre mi propio libro. En muchos aspectos sentí que, por primera vez, alguien comprendía cabalmente lo que yo había intentado decir (y con esto no quiero subestimar al resto de los lectores, que afortunadamente cada vez son más, sin que yo haga nada para que eso suceda). Algo que me impresionó mucho, porque ni yo lo había notado a nivel consciente, aunque inmediatamente lo sentí como « verdadero », fue la escena de la masturbación y ese vínculo con lo infantil. Todos sabemos que cada lector reescribe el libro, pero lo que no deja de fascinarme es cómo el autor puede descubrir nuevas profundidades con cada lectura ajena, como si el libro tuviera infinitos planos. De más está decir que todo lo relacionado con el núcleo familiar y con la posibilidad-imposibilidad de la familia, me resultó sumamente interesante, si bien nunca lo pensé en esos términos. Siempre escribo de forma intuitiva, trabajando desde el núcleo de la emoción y a partir de los personajes, no a partir de una historia trazada y “sabida” de antemano, y eso fue todavía más evidente durante la escritura de La azotea, porque era muy joven (22 años) y escribía casi en estado de pánico, como en esos sueños recurrentes en que uno maneja un auto que no puede controlar. Por supuesto, en la nueva versión algunos aspectos -como el verdadero vínculo entre Clara y Julia, y entre Flor y el padre- quedan más claros, y por eso me gustaría hacerte llegar la nueva versión. La foto de tapa es de una gran fotógrafa uruguaya, Fernanda Montoro, y la sacó especialmente, a partir de una jaula y un pajarito de madera que compré en Holanda, como símbolo de La azotea. Me parece una foto muy hermosa, con esa cadena que parece salir de la habitación hacia el muro de enfrente, símbolo de libertad y de condena al mismo tiempo. De hecho, el departamento, el muro de la iglesia y todo el espacio « físico » en el que transcurre la historia, están inspirados en un departamento real: el de mi abuela paterna, frente al paredón de la iglesia Tierra Santa, en el barrio La blanqueada.

De verdad, necesito decir, que ésta es la lectura más inteligente y sensible que he recibido de La azotea, y por ese motivo te estoy profundamente agradecida. »

Fernanda Trías, 31 de octubre de 2011

© Fernanda Trías, Société des Langues Néo-Latines 2011.

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